lunes, 10 de septiembre de 2007

Sábado noche

Otra movida más,
vente conmigo,
vamos al mundo
donde yo vivo





Me gustaría contar lo que fue éste último sábado para mí.
El día ya prometió ser especial para mí: todo el día metido en casa con dos amigas a las que he echado de menos todo este verano.
Pili llegó el viernes por la noche y se quedó a dormir ya en mitad de una película (aunque yo lo hice a los 10 minutos de haber empezado), tras haber cenado unos salmonetes que llevaban un año esperando a que David de Triana viniera a comérselos (estaban el congelador, que consten). Esa noche prometí no volver a comer salmonetes, al menos en un tiempo, pues acabé aburrido de tantas espinas y el sabor, no sé si por tanto tiempo en el congelador o porque me pasé con el horno, no era nada del otro mundo.
El sábado llama Rosalía para decir que se venía para Sevilla. Pili y yo pensábamos que estaría en la playa con un cretino, pero al final estaba en su casa y quiso darnos con esta más que agradable sorpresa.
¿Y qué se puede hacer un sábado de principios de septiembre en sevilla?
Pues lo que la mayoría de la gente, quedarnos en casa. Nosotros lo aprovechamos para ponernos al día después de un verano donde la comunicación telefónica ha sido escasa para todo lo que teníamos que contarnos, por motivos de los que no voy a hablar por este medio. Así que nos pusimos al día, vimos otra peli y decidimos, aunque ya lo sabíamos desde que Rosalía llamó para decir que venía, irnos de marcha. Ya llevábamos desde la primavera sin salir juntos (si no recuerdo mal, cero que llevábamos abrigo) y, la verdad, que teníamos ganas.
Empezamos la noche de cervezas en la alameda, donde quedé con otros amigos. Ellos decidieron tirar para una de nuestras discotecas habitales y nosotros decidimos probar con una discoteca que me habían comentado dos días antes, el Emporio, que yo pensaba era pija y resultó ser precisamente todo lo contrario, la antítesis para ser exacto.

Empezaré explicando que tengo dos formas de marcha, y ésta pensaba que se parecía a la que más me gusta en lo referente al ambiente: la Alameda. Creo que estoy sufriendo un proceso de alamedización que se puede excusar porque en Sevilla salgo casi siempre por esta zona y en Córdoba siempre salgo por bares parecidos. Así cuando me encuentro con fiesteros cazurros y canis me siento extraño, con ganas de salir corriendo a un bar con gente conocida al menos de vista o al menos en el estilo.
Pero aguanté el tirón, el exorbitante precio de la entrada y el sonido de una música que no terminaba de gustarme. Me tomé mi primer JB con coca-cola (realmente era con pepsi) mientras me dejaba llevar hacia la terraza, a meterme en el ambiente.
En la parte en la que nos pusimos era invisible, hasta el punto que una pareja estuvieron a punto de atravesarme cual Patrick Swayze en Ghost, pero sobretodo por estar rodeados de hombres-lobos que sólo pensaban en saltar a la yugular de mis dos amigas. Y eso que llevaba mi ropa más poppy y llamativa (polo naranja y pantalones de cuadros, aderezado con mis nuevas gafas de pasta). Hasta sentía ganas de cantar una versión de mi canción del verano... y nadie me mira, me mira...

De todos modos la música mejoró y el ambiente también al introducirnos más en la pista de baile, donde la gente estaba algo más preocupada por bailar. La verdad que me di una buena sesión de dancing. Y entonces volvió a mi mente esa frase, la que solamente me sale cuando realmente me lo estoy pasando bien en una noche de marcha porque estoy disfrutando del baile, porque justifica todo lo demás:

Quizás no haya amor, quizás no haya sexo, pero por Dios que habrá baile.

La versión original, que sólo se diferencia en una palabra, es el final de "La boda de mi mejor amigo"... y espero que nadie me critique por nombrar una peli de Julita.
Quizás sea una de las mejores frases que se han podido decir en el cine, al menos para alguien que le guste bailar y salir por la noche para hacerlo, disfrutando con sus amigos.

Como todo lo bueno, acabó terminando aunque quede su recuerdo.

Ya en la puerta éstas querían irse de after, pero me volvió el flash del principio de la noche al ver las caras, ya de día de toda, la gente que me rodeaba; que también pensaban ir de after. Estaba cerca de mi antiguo trabajo, por lo que sabía que mi casa no estaba muy lejos andando. Así que esta vez sí decidí "salir corriendo", eso sí con mi cascos enganchados al móvil.

Para quien me conozco, sabrá que es muy extraño que yo escuche Madonna (es ironía), pero curiosamente esta vez es lo que estaba puesto. Así que dio tiempo de escuchar casi 4 canciones, las cuales disfruté. Voy a enumerarlas, con respectivos comentarios, así quien no esté interesado en seguir leyendo, si es que alguien ha llegado hasta aquí, puede dejarlo, que de todas formas ni me voy a enterar:

Cuando puse el editor de música estaba Bedtime Story, que me venía bien para coger ritmo y no rompía mucho con lo que había escuchado durante la noche; además de estar casi en los brazos de la inconsciencia.
Después fue el subidón de Die Another Day, con la frase de "I'm gonna close my body now", pidiendo a Freud que analice estoy y esas risas que vienen muy bien cuando vuelves a casa algo pedo.
Me salté algunas canciones lentitas hasta llegar a Ray of light... "And I feel like I just got home", que da un buen rollo...
Y la última, ya llegando a casa, fue Skin. Esa canción tiene la historia de una relación (mirar Principio de conservación para entender esta palabra) pasada, cuyo recuerdo ya me hace sonreir. Nos recuerdo en mi piso de Bami, tras "una noche romática", que desembocó en otras muchas, que hicieron mucho más agradables los que yo creía serían mis últimos días en Sevilla por muchos meses y que también me trajeron unos cuantos quebraderos de cabeja, que también recuerdo con una sonrisa. Bueno, a lo que iba, me gustó analizar con esta persona esta canción, ver que nos identificábamos en esos mismos momentos con lo que decía la letra y sentir con todo esto un feeling que sólo se siente de vez en cuando en esta vida. Pero no siempre se puede estar junto a una persona sólo porque nos guste Madonna (espero que no se enfade ningún fan por esta frase).

Ya llegué a casa y me acosté a dormir. Hoy lunes te sientes mucho más relajado después de una noche así, sabes que has vuelto a estar con tus amigos que ahora ves menos como estabas cuando estaban más ahí... Que juntos a ellos no te puede pasar nada malo y que cuando te pasen, vendrá a tu lado para que todo vaya algo mejor.

3 comentarios:

Unknown dijo...

he llegado a la conclusión de que tienes O comentarios en esta parte porque es.....interminable!
aún así me lo he leído....y no me arrepiento. Me he reído. Y mucho. Eres la Carrie Bradshow ( o como se escriba) de los blogs.
Sigue así, que cualquier otro día y cuando menos te lo esperes....volveré a comentarrrrrr......

anthonytowers dijo...

Es larguito, pero hay noches que dan para eso. Espero que nuestro reencuentro de esta noche dé para mucho más, pero, al menos por mi parte, algo más picante, más parecido a Sexo en Nueva York, aunque en Córdoba tengo menos éxito que el Fary en Melrose Place, como tú bien sabes.
Muchas gracias por el piropo. C u soon.

Isabel Sira dijo...

Niño, tenemos que irnos a bailar un día por ahí los dos. ¡No sabía que te gustaba tanto el dancing! Y yo estoy harta, porque para poder ir a bailar tienen que pasar meses, que coincida en Sevilla con mi amiga Rosabel y que no esté su novio por aquí...Vamos, es más complicado que que me toque la lotería...
Y la entrada me encanta, porque es verdad que hay noches como la que cuentas en la que todo es igual y todo cambia, en la que la sensación de felicidad se mantiene en el camino de vuelta a casa y cuando posas la cabeza en la almohada. Espero que tengas muchas veladas como esta y que tus amigas vengan más a verte, concho, que se ve que os divertís al máximo.