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domingo, 30 de agosto de 2009

"Toilet" suena mejor en francés

Esta noche me he dado cuenta de algo que ya sabía desde hace mucho tiempo: me muero por poder hablar en francés.
La mayoría de la gente que me conoce posiblemente se pueda sorprender, después de toda la vara que estoy dando con el inglés: estudio en la escuela oficial de idiomas, intento preguntar cómo se pronuncia tal palabra, leo libros en inglés (mi viaje este verano a Londres ha acabado casi con un espolio a las librerías inglesas),...
Pero es que si escogemos, por ejemplo, la palabra del título, creo que habría muy poca gente que defendería que suena mejor en inglés... Bueno, algunos dirían que es menos cursi, pero en francés parece como si, en lugar de ir a hacer tus necesidades, quisieran hacerte las tuyas.

Bueno, todo esto viene porque hoy me he encontrado con el marido del amigo de mi novio (¡Uh!, vaya lío), el cual sabe poquísimo del español, algo del inglés y todo sobre el francés... Yo, como mal estudiante del inglés, intentaba mentalmente por todos los medios buscar palabras en francés con las que hablar con él... y he llegado a la palabra "toilet" en unas de mis incursiones al baño. Ha sido como agua de mayo, la verdad. Era defender una pronunciación frente al lenguaje universalmente útil y práctico, con el que puedes hablar en cualquier parte del mundo...

Los que bien me conocen saben que soy, ante todo, práctico y cabezón (para qué negarlo). Por eso, después de tantos años, tengo que terminar mis clases de inglés. Llegar a un título homologado oficialmente (no por el puto first, sino por un título oficial de la Unión Europea, aunque esté menos publicitada que el de la universidad inglesa... uno se cansa de explicar la diferencia entre la Europa institucional y la Gran Bretaña profunda), solamente para poder sentirme que sé inglés y poder mantener una conversación en ese idioma que se disculpa diciendo "estoy desolado" y no resulta tan sumamente "matemático"...

Arwen me entenderá (y Valle).

Nota: acabo de volver de marcha y no me voy a poner a corregir el texto, suficiente es que lo he escrito medio borracho a estas 9:27 de la mañana.

miércoles, 25 de febrero de 2009

No me voy sin bailar



Este es el nombre de una canción de Ana Belén y lo que me suele pasar cuando salgo con ganas de marcha. Hay personas que, o bien no les gusta mucho bailar, prefieren dedicarse al vicheo o son más exigentes con la música. En mi caso se puede decir que es mi himno de guerra, salvo que el cansancio pueda conmigo o la música sea tan mala que no me sea posible mover el esqueleto.

Además, llevo más de un mes con una contractura en el hombro (de una mala postura, creo) que no termina de curarse y que me está haciendo tomar relajantes musculares. Esto me provoca una molestia constante en el cuello, que no me permite moverme con libertad ni coger mi bicicleta ni hacer ningún otro tipo de ejercicio, salvo bailar.
Por que, aunque no beba nada más que una copa en toda la noche (y con copa me refiero a consumición alcohólica, incluida la cerveza)
sigo con ganas de mover el esqueleto, aunque tenga que hacerlo con cuidado por la contractura.
Así que se me ve intentando mover lo menos posible de cintura para arriba, incluido el cuello (con lo que a mí me gusta). Creo que se ve raro, arrítmico incluso (más de lo que muchas veces soy), pero me da igual, porque lo que más me gusta es bailar.
Hace unos años, cuando me rompí el brazo izquierdo, se me veía con una escayola de la muñeca al hombro y aún así no paraba de bailar (me llegaron a llamar "bailarín paralímpico") y ahora, con mayor dificultad por tener que contenerme, vuelvo a las andadas pasando por encima de las limitaciones que mi cuerpo me impone. Porque no me voy sin bailar.


Nota: La canción está cantada por Ana Belén, creo que la letra es de Victor Manuel y la música es una versión de Cole Porter.

lunes, 9 de febrero de 2009

No todo es olvido, no todo es olvido en manos del tiempo

Ésta es la última frase que pronuncia un personaje de No digas que fue un sueño, de Terenci Moix. Una frase que cierra la historia, de un modo tan drástico. He vuelto y volveré a este libro muchas veces, aunque esta vez sea tan sólo para recordar la frase.
Esta vez ha sido en el trabajo, porque me han encomendado hacer una base de datos. Ha sido a mí y a una compañera, por ser los que más idea podemos tener de informática.
Quizás tengan razón a haberlo hecho, pues, en mi caso, yo hice hace muchos años un curso de programación. En él aprendí a hacer bases de datos muchos más complicadas, no sólo en Access, sino también en Visual.
Pero me resulta imposible recordar los pasos a seguir para hacer lo que quiero hacer, pero sí recuerdo perfectamente los formularios que solíamos crear, los controles que había que habilitar e inhabilitar y todo lo necesario para que el "cliente" no pudiera "joder" la base de datos ni el programa.
Me parece bastante curioso que sepa lo que tengo que hacer, pero no cómo hacerlo. Por eso escribí un e-mail pidiendo ayuda a Isabel, una compañera de curso, la única con la que realmente mantengo contaco.
A Isabel la conocí en el curso, que tuvo lugar de octubre de 2002 a junio de 2003. Desde entonces nos hemos visto quizás una vez al año a lo sumo, a pesar de que ella vive en un pueblo muy cercano a Sevilla, viene o ha trabajado en Sevilla y el ir a su pueblo me supondría 15 minutos en el transporte público.
Cada uno tiene su propias cosas que hacer, como suele ser normal en la gente adulta, por lo que los huecos que encontramos para vernos son relativamente escasos.
De todas formas, siempre que hablamos exige su fotografía en este blog, y como lo prometido es deuda, voy a poner esta foto nuestra, de una calurosa tarde del último verano, que, al salir de un trabajo que tenía cerca de mi casa, se vino para acá a tomar salmorejo y esperar a que pasara la calor para dar una vuelta.



Volviendo a la historia de la base de datos, le mandé a Isabel un e-mail, pensando que ella podría ayudarme, pues creía que había mantenido un mayor contacto con las bases de datos. En un principio no se acordaba, pero parece que puede serme de ayuda.

Porque, volviendo ahora a lo que es el olvido, no siempre olvidamos. Y tampoco soy de esas personas que preferirían olvidar situaciones o personas que han ido pasando por su vida. Creo que en ese caso no seríamos la misma persona y, como ocurre en "Olvídate de mí (Eternal Sunshine of the Spotless Mind)", volveríamos a cometer muchos de los "errores" que ya hemos cometido. Porque nunca viene mal saber de dónde venimos e intentar no tropezar dos veces en la misma piedra.
Y, sobre todo, a veces tenemos momentos en los que recordamos los que vivimos. Algunos, cuando se comparten con una persona a la que quisimos, bien como amigo, bien con otra intensidad, se convierten en pequeñas joyas en las que nos gusta reflejarnos mientras sonreímos. Podemos entonces recordar la felicidad que teníamos, disfrutar aún más de la que vivimos y saber con total seguridad que el futuro está ahí, para seguir coleccionando más momentos.
Porque no todo es olvido.

martes, 20 de enero de 2009

Paranoias sentado en una parada de autobús




El hecho en cuestión ocurrió la mañana del domingo pasado, cuando me encontraba esperando a un autobús que iba a tardar unos veinte minutos. Había acabado la celebración de un cumpleaños, con la posterior parada para tomar un desayuno consistente en un té y media tostada catalana.
Cabe concretar que se trataban de las ocho de la mañana y ya estaba amaneciendo. Entonces, como quien no quiere la cosa, a mi cabeza vino la frase "La aurora llega...", que tuve que continuar "... y nadie la recibe en su boca/ porque aquí no hay mañana ni esperanza posible".
Y es que se trataba del poema "La aurora" de Federico García Lorca, para mí una de las mejores manifestaciones de deshumanización que el hombre haya podido expresar. Durante algún tiempo, éste fue el poema que tuve en mente cuando me movía por la ciudad de Sevilla (e incluso, a veces, me lo llevaba a Córdoba).
Intenté recordar más frases, aunque me quedaba algo así (omitiré los signos de puntuación):
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque aquí no hay mañana ni esperanza posible
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y perforan abandonados niños

Los primeros que salen comprenden en sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados
saben que van al cieno de número y leyes
de sudores sin fruto....
....
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre

Esta última frase la recuerdo, además, porque fue mi nick del messenger unos años después, también hace mucho tiempo. Más concretamente fue:
"Como recién salido de un naufragio de sangre".


Como no logra recordar más del poema, a pesar incluso de intentar cantarla en la versión de Morente, no dejaba de darle vueltas en mi cabeza, sin resultado satisfactorio, más bien como incremento de un sentimiento de tristeza (incrementado por el alcohol que recorría mis venas).
Menos mal que uno tiene otras cosas en la cabeza, aunque casi se pudiera decir en este caso que era salir de Guatemala para meterse en guatepeor, pues vino otro poema, esta vez de Neruda. Realmente se trata de un fragmento que Extremoduro cogió para la contraportada de un disco y que siempre acaba saliendo cuando llega el invierno, como si de un abrigo se tratara.

Mientras me debatía entre estos alegres poemas miré para arriba y me encontré con un piso en venta, cuyo balcón tenía colgados unos diez cds. Y es que tengo un problema con los pájaros, pues creo que están intentando hacer un nido en el viejo aire acondicionado que tengo en el salón. Precisamente ese mismo día había estado hablando con Pili sobre esta molestia, la cual me recomendó ella solucionar colgando cds. Y es que no me creo que esa solución, al igual que la de la bolsa de agua, sirva para alejar a pájaros e insectos. Pero resultó entretenido ver si algún pájaro se posaba en el balcón.

Y al final llegó el autobús, porque me aburría mirar el balcón, ver pasar a la gente que había madrugado y se me estaba congelando el culo.




La aurora

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

De: Poeta en Nueva York, publicado 1940




Fragmento de "A mis obligaciones" de Pablo Neruda

Cumpliendo con mi oficio
piedra con piedra, pluma a pluma,
pasa el invierno y deja
sitios abandonados,
habitaciones muertas:
yo trabajo y trabajo,
debo substituir
tantos olvidos,
llenar de pan las tinieblas,
fundar otra vez la esperanza.

miércoles, 7 de enero de 2009

...y los sueños, sueños son

Esta noche he tenido un extraño sueño. Normalmente no suelo recordarlos, salvo cuando me despierto de forma precipitada o anormal. Y es que anoche me quedé dormido viendo una película en el ordenador, así que esta mañana (muy de mañana) me he despertado, como proceso final del sueño. Sobre los acontecimientos ocurridos durante la vigilia desencadenantes del sueño podría escribir una entrada, pero creo que eso ya es rizar el rizo.

Bueno, en el sueño hay dos ex, que llamaremos A y B.
A entró en mi vida hace años y tuvimos una relación más o menos normal. Después está B, con quien empecé una relación, si se puede llamar así, de unos pocos días y que terminó en una extraña amistad.
Bien, estamos los tres (A y B no se conocen en la vida real, que yo sepa) y algún amigo mío más (siento ser tan mala persona, pero no recuerdo quién). El sueño se desarrollaba en la plaza de Ronda de Triana que está de obras por un (polémico) aparcamiento subterráneo. Esta plaza tenía, en vez de aparcamiento, una explanada, en cuyo nivel inferior parece que se está desarrollando un concierto. Realmente es una especie de velá, con mucha gente abajo y unos cuantos estamos en el nivel superior.
Bien, resulta que A y B ya se conocen y es algo que en el sueño resulta normal. Lo que ya resultaba extraño es que se acaban comportando como una pareja de quinceañeros enamorados y, más extraño aún resulta que a mí me afectara. Me he despiertado cuando se han puesto a correr cogidos de la mano (al fondo no estaba una apuesta de sol, sino un edificio de la plaza).


Sueño Causado por el Vuelo de una Abeja en Torno a una Granada un Segundo antes de Despertar
Salvador Dalí


Al despertar me he dado cuenta de que mi ordenador, a pesar de ser nuevo y hacer menos ruido que el antiguo, se nota cuando está encendido. Si a esto se une que a mí, cuando he dormido las horas necesarias, me cuesta mucho más dormirme (si no tengo cansacio acumulado, que tampoco es el caso). Así que ya estaba todo hecho. Aún así, con la fuerza de voluntad que últimamente me caracteriza, me le levantado a apagar el ordenador. Bien, ruido quitado. Me pongo a intentar dormir... la luz de los mini-altavoces (los más baratos y chicos que habían en el Urende) me asusta; ¿de dónde sale esa luz que no identifico con mis miopes ojos? Y es que no entiendo para qué ponen la luz de algunos aparatos tan potente, ¿querrán que ahorremos en bombillas? Otra vez en pie, pues, a pesar de darle la espalda a la luz verde-ovni, no había forma de dormirse.
Entonces me he puesto a pensar sobre lo que ha sido el sueño. Lo primero, y más lógico (al menos en mi cabeza), es imaginar si A y B podrían ser compatibles. Tengo un amigo, al que le gustan los horóscopos, que opina que dos del mismo signo siempre son compatibles. Quitando esto, pienso que la astrología se puede equivocar, o no.
Y es que, digan lo que digan, resulta difícil ver a tus ex felices. No es que les desees la muerte ni un mal malísimo, pero que si se rompen la pierna te gustaría que te invitaran a su casa para firmarle la escayola. Porque podemos ser amigos, incluso desearle lo mejor, pero que eso sea siempre peor que lo que tú tienes. Es un pensamiento infantil y poco sano, pero es un sentimiento humano, quizás demasiado humano.
No, ahora en serio, creo que dada la búsqueda del eslabón perdido () que me he propuesto realizar en este año 2009, resulta extraño que dos personas que creí lo eran y en las que puse ilusión, con quienes puse energías para que funcionara; acaben encontrando lo que a mí me está pareciendo tan difícil. Aunque yo no correría cogido de la mano de esa forma.

Nota: Espero que la plaza donde se desarrolla mi sueño esté terminada para cuando termine mis vacaciones, pues el carril bici está cortado en esa zona por culpa de las obras.

domingo, 5 de octubre de 2008

Sensaciones (entrada after hours)



Si tengo que hablar de sensaciones en esta after hours, lo primero de lo que hablaré se puede resumir en una frase:
"Ese abismo que nos separa (como diría Amanda Gris)"
Realmente esa frase es de La flor de mi secreto, de Almodovar, pero resume perfectamente ese pequeño detalle que puede parecernos insalvable cuando se trata de una persona a la que queremos.
Resulta triste pensarlo, sobre todo cuando son las 9 menos cuarto de la mañana, estás cansado y la cama puede parecer más solitaria. A veces ves esos abismos que te separan de las personas que quieres, pequeños detalles que te recuerdan de pronto que tus amigos no son tus medias mitades, al menos exactamente.
A pesar de la tristeza, del cansancio y (ahora toca Nietzsche, que para algo he escuchado hoy dos veces una versión de la introducción del Así habló Zaratustra) ese enano que de susurra al oído que mientras más subas peor será la caída, se debe pensar que debemos ser ingenieros, construyendo puentes para salvar esos pequeños abismos que nos separan de los demás.



Mi segunda sensación ha sido de la vuelta a casa. Porque yo tengo (imagino que como todos) lugares a los que queremos volver, porque el estar ahí reconforta, como una mesa camilla al llegar a casa con los pies helados. Y eso también ha ocurrido hoy, en una discoteca, al moverme por una pista de baile que no pisaba en los meses que ha durado el verano en Sevilla. Aunque la música no haya sido la misma (al cambio de dj se lo debo) y el local haya estado demasiado lleno por momentos para poder tener un momento de paz, sabía que estaba de nuevo donde quería estar, aunque haya pasado más calor que en todo el verano en el que no quise entrar.

Otra sensación, anterior a las otras dos, ha sido volver a oír y ver cantar a mi amigo Ángel, el cual me ha avisado de su actuación en Santa Catalina. Ha sido, también, un volver a cosas ya vividas, compartidas en la ilusión que él siente y disfruta; de la misma forma, y espero me perdone la expresión, que un yonqui espera su dosis de metadona. Sé que él siente algo muy fuerte cuando se sube a un escenario y, lo mejor de todo, cada vez está consiguiendo transmitirlo más.

Y, por último, tanto cronológico como testimoniado, debo hablar de mi sentimiento de impotencia al no poder coger ninguna bicicleta de sevici, en los dos puntos de recogida de la Alameda, como en el situado en la esquina de calle Feria con Resolana (espero que eso no sirva para que algún cyber-sicópata decida imaginarse mi lugar de residencia).

PD: Existe otro sentimiento, éste de maldad, pues estoy tecleando (con el ruido que eso produce) a las nueve de la mañana. Espero que sea mi pequeña venganza a mis vecinos de arriba, que parece que taconean ellos y sus hijos; y a los de abajo, que puedo jurar por Snoopy, Mafalda y la existencia infinita de Inditex (aunque se extinga la especie humana), se dedican a hacer fiestas que empiezan por la noche y acaban a la tarde-noche del día siguiente (y si no se lo cree alguien, que baje Superman y lo demuestre).

viernes, 26 de septiembre de 2008

El gran inquisidor



Hoy me he reafirmado en el nuevo papel donde, parece, me estoy reafirmando. Y es que últimamente me estoy volviendo intransigente con una serie de cosas que hacen mal la gente que está a mi alrededor.
A veces soy incluso benigno, porque me pongo en la piel de la otra persona o porque, humildemente, reconozco cometer (o haber cometido) los mismos errores.
Pero la mayoría de las veces veo a mi alrededor falta de empatía, exigencias que no se corresponden con la realidad y, sobre todo, a gente que se pierde en sí misma, negándose a ver el resto de cosas que tiene en su vida.
Sinceramente, hay momentos en que pasa por mi cabeza la idea de estar volviéndome asocial, o, al menos, lo suficientemente apático en mis relaciones personales, por no tener ganas de aguantar tanta tontería. Son, esos momentos, los que prefiero pasar en casa encerrado, con mis miserias y la de ningún otro ser humano.


Otras veces veo cosas maravillosas en la gente que me rodea, por la que lucho para conservar, aunque haya momentos en que no lo parezca. Entonces el gran inquisidor se va solo a casa y yo me quedo a disfrutar de la humanidad con la que he sido agraciado.




Human Behaviour (Björk).

If you ever get close to a human
And human behaviour
Be ready to get confused
There's definitely, definitely, definitely no logic
To human behaviour
But yet so, yet so irresistible
And there's no map
They're terribly moody
And human behaviour
Then all of a sudden turn happy
But, oh, to get involved in the exchange
Of human emotions is ever so, ever so satisfying
Oh oh, and there's no map
Human behaviour, human
Human, human behaviour, human
Human, human behaviour, human
Human behaviour, human
And there's no map
And a compass
Wouldn't help at all
Human behaviour, human, human
Human behaviour, human,
Human behaviour, human,
Human behaviour
There's definitely, definitely, definitely no logic
Human, human
Human behaviour
Human.
There's definitely, definitely, definitely no logic
Human, human, human, human.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Vida

Tras un verano (como la mayoría, por eso me gusta tan poco esa estación) que poco a poco está dejando sitio a la lluvia y la bajada de las temperaturas, parece que la ciudad se renueva. Septiembre ha empezado y queda atrás la inactividad, empiezan lo propósitos nuevos del año (siempre he pensado que el año debería empezar en septiembre, pues volvemos de las vacaciones o simplemente dejamos el calor para empezar nuevas cosas).
En mi caso se me presentan unas vacaciones en Barcelona dentro de poco más de una semana, estoy empezando a estudiar la promoción interna, pronto vuelvo a mis clases de inglés, tengo plan para un intercambio.
Igual que un lagarto que se reanima con el sol, ya desde finales de agosto he empezado a moverme, a una vuelta a la actividad tras días encerrado en mi habitación, a oscuras, huyendo del calor.
Y hoy, a pesar de las pocas horas de sueño tras una marchita nocturna, me siento lleno de vida, viendo todo lo que me queda por recorrer en los próximos meses. Siento, como la canción que voy a poner, que ha pasado una etapa lenta, en la que los días parecían iguales de hacer lo mismo, para llegar a ver lo que me depara la vida. Pero eso sólo se sabe viviendo.



La vida te da (Amparanoia)

La vida
te lleva por caminos
que ni te imaginas.

A veces, me sorprendo triste
y que haré yo con mi vida
lo que debo hacer, con lo que quiero
lo que quiero tener, con lo que tengo.

Vete tristeza,viene con pereza
y no me deja pensar.
Vete tristeza, tú no me interesas
esta sonando la rumba y me llama
me llama a bailar

La vida te da, presión,
y no es de garrafa, no es de sifón.
La vida te da, preocupación,
deja la preocupa y pasa a la acción
La vida te da, presión,
y no es de garrafa, no es de sifón.
La vida te da, preocupación,
deja la preocupa y pasa a la acción

Qué será de la preocupacion, qué seré.

A veces, creo que no pasa nada
y algo afecta a mi alma
Me siento mal, conmigo misma,
me siento mal, no encuentro salida.

La vida te da, presión,
y no es de garrafa, no es de sifón.
La vida te da, preocupación,
deja la preocupa y pasa a la acción
La vida te da, presión,
y no es de garrafa, no es de sifón.
La vida te da, preocupación,
deja la preocupa y pasa a la acción

Qué será de la preocupacion, qué seré.

La vida te da...
La vida te da...
Ay la vida con sus penas,
con sus alegrias
te da pasion, te regalala sonrisas
ay la vida, ay tu vida, ay mi vida
vive, vive, vive tu vida

jueves, 7 de agosto de 2008

Algo está roto.

O algo se está rompiendo (los tiempos verbales no están siendo magnánimos conmigo). Miro dentro de mí y veo que algo empieza a ir mal, que algo no funciona como debiera. Como un sistema de engranajes que han dejado de engrasar. Las piezas se empiezan a desgastar. Y todo chirría.
Puede ser que el calor se me pega a la piel y no me deja soñar, tener esas bonitas fantasías que anidaban en mi mente, como enredaderas colgando de las paredes, como macetas en flor colgadas de los patios cordobeses. La falta de sueño(s) ocurre en estos calurosos veranos, donde las flores no atendidas acaban secándose.
Miro a mi alrededor y ya no escucho, como antes, palabras de amor. O, de oírlas, son en un idioma que nunca me enseñaron. Todo es cuarenta grados a la sombra, inactividad obligada.

La belleza se vuelve trivial y yo me vuelvo ajeno a ella. Sólo deseo quedarme quieto, tumbado, negando la luz. La brisa es artificial, graduada a mis necesidades corporales. Es el consuelo del mando a distancia, de la temperatura controlada.
Todo se derrite en este verano al que ya me he acostumbrado, este verano del que siento que no voy a salir. Todo es calor pegado a la piel, como he dicho antes. Calor que se mete en los huesos y me hace encerrarme en mi habitación, bajar persianas, cerrar puertas y ventanas, cerrarme.
Cuando ya salgo, las persianas, puertas y ventanas siguen estando cerradas y yo me he quedado dentro. Intento abrir puertas, pero siento las bisagras oxidadas. Por las persianas sólo entra un pequeño rallo de luz.

Nota: Esto fue pensado un largo domingo de finales de junio y escrito el lunes 30 de ese mismo mes; cuando aún no tenía internet. Perdón por la tardanza.

martes, 29 de abril de 2008

Dos de tres?

Según dice Carrie en Sexo en Nueva York (no recuerdo en qué temporada), todo el mundo en la City está buscando: bien piso, trabajo o pareja.
En el mismo episodio, al igual que me pasa a mí ahora, ella acaba de comprarse un piso, en el trabajo le va bien; pero le falta la tercera cosa: la pareja.
Y es que resulta ser una de la cosas primordiales, como ya he dicho otras veces, para estar insertado en una sociedad que basa tu valía en el dinero que ganas, las cosas materiales que posees (incluido casa, por supuesto) y el que estés saliendo o no con alguien (me encanta la cara de la gente cuando les respondes que no tienes pareja, como si les hubieras dicho que te han diagnosticado un cáncer terminal y te quedaran semanas de vida... en la peor de las agonías).

Hasta ahora he estado lejos de todo esto; hasta ahora que he caído en el circulo hipotecario. Esto me hace agobiarme porque necesito más sueldo para mantenerme. Mi equilibrio se ha tambaleado hasta el punto de pagar la hipoteca casi a medias con mis padres, y tener unas ganas locas de ganar más dinero, por necesidad.
Pero ya tengo mis 60 metros cuadrados donde descansar del resto del mundo (si el vecino de arriba me lo permite, que no deja de hacer ruido de vez en cuando). Eso sí, he notado que en mi casa los ruidos son humanos: se oyen voces, risas y pasos. Nada de motores ni pitidos.

Y entonces se puede decir, volviendo al inicio de esta entrada, que me queda un tercio para llenar el vaso, para no tener nada más que buscar, sino "acomodarme" en la felicidad (burguesa).
Bien, a pesar de estas últimas líneas, realmente tengo ganas de mariposas en el estómago, de escuchar el tono de un mensaje ilusionado por si será de quien quiero que sea, de cariño, caricias, mimos y de sexo; de compartir cosas no solamente con mis amigos (por maravillosos que ellos sean)y de buscarme en otros ojos.
Por todo eso, mi canción de la tercera parte, que echo de menos, es la siguiente:




Y pongo la letra:

I miss you
But I haven't met you yet
You are gorgeous
But it hasn't happened yet
You are gorgeous
But I haven't met you yet
I remember
But it hasn't happened yet
So special
But it hasn't happened yet
And if you believe in dreams
Or what is more important
That a dream can come true
I will meet you
I was peaking
But it hasn't happened yet
I haven't been giving
My best souvenir
I miss you
But I haven't met you yet
I know your habits
But wouldn't regonize you yet
And if you believe in dreams
Or what is more important
That a dream can come true
I, I, I, I miss you

I Miss you
I get so impatient
I can't stand the wait
When will I get my cuddle
Who are you?
I know by now that you'll arrive
By the time I stop waiting
Aaaaahhhhhhh Miss you
I miss you
So I miss you
I miss you
....
I miss you, miss you, miss you
...
I miss you....miss you

viernes, 29 de febrero de 2008

Esperando



A eso dedico lo que llevo de año.
Esperando a que me concedan la hipoteca, para poder ordenar el resto de mi vida ya en torno a mi casa nueva.
Esperando a conocer a alguien con quien sea viable volver a creer en la ilusión de caer en el amor, alguien en quien confiar, que no tenga miedos.
Esperando mi nueva vida, que seguramente será cómo la actual, en otro escenario situado a 800 metros, pero viviendo solo, aunque, espero, con amigos de okupas en casa.
Esperando a asentarme, para saber si el dinero que me quede me va a permitir apuntarme a un gimnasio, si voy a necesitar dar clases por las tardes para ir más desahogao' (léase como lo diría Carmina Ordoñez) y empezar a poner carteles por la barriada.
Esperando para ir al Ikea a comprar las cosillas que me hagan falta.
Esperando a que todo esto se solucione para sentarme a estudiar las oposiciones de promoción interna.
Esperando...

viernes, 25 de enero de 2008

There is not chemistry


En las dos últimas semanas, ahora que he tenido que dejar el gimnasio y no quiero ponerme a estudiar hasta que no termine de arreglarse lo del piso, me estoy dedicando a hacer algo que llevaba años sin hacer: ver toda la tarde la televisión. Lo estoy haciendo gracias a que con el TDT se pueden elegir otros canales y escuchar las series en su idioma original. Así que me estoy dedicando a ver series (la mayoría infantiles) en inglés, para intentar reblandecer el oído.
En una de ellas, la protagonista, una chica de 14 años, le pedía al chico que le gusta que fuera su pareja para uno de los típicos bailes de instituto americano. El chico le comentaba que eran buenos amigos, pero "no había química". La chica aprendía en este episodio que por muchos colorantes que puedas utilizar para cambiar una relación, la química es algo que surge de forma natural y no se puede forzar.

De todos modos por mi cabeza pasaban problemas de química, pero no relacionados con la coloración, sino más bien con la decoloración. Pensaba en la imposibilidad de utilizar conservantes en las relaciones, conservantes que puedan evitar el deterioro del tiempo y la distancia. Y es que tenemos que empezar a pensar que vivimos dentro de una realidad espacio-tiempo (no quiero pensar en la existencia de un mayor número de dimensiones, al menos en las relaciones) que afecta a las fuerzas que nos rodean y afectan.
Me resulta bastante demostrada la afirmación de que cada relación tiene su momento y lugar; pues cuando ya no nos encontramos en ese punto, cuando ha pasado el tiempo y hemos cambiado el entorno, somos otra persona distinta y la química es sólo un recuerdo.

En esos casos, con la química perdida en manos del tiempo, se puede presentir que es "el comienzo de una hermosa amistad".

lunes, 7 de enero de 2008

Otro año más


Y vuelvo a escribir, tras unas semanas en que las fiestas me han impedido escribir al no tener un ordenador cerca.
Si tengo que pensar en este fin de año y compararlo con otros anteriores, lo primero que me viene a la mente es que éste es sin duda el que tengo más dudas y mayor inestabilidad emosional de todos.
Tengo dudas sobre dónde voy a vivir en el próximo año. A veces me entra miedo sobre lo que se me puede venir encima en el caso de comprarme definitivamente la casa, una atadura para mi libertad de movimientos hasta la fecha (salidas de copas y tapeo, compra de libros, viajes por Europa...) y una pequeña ancla a la hora de imaginarme viviendo en otra ciudad (que una vez que tienes tu casa, con tu super hipoteca, no te vas a ir a otra ciudad de alquiler).
Y para colmo están los propios bancos que me miran con cara de pirado al ver mi nómina, que por muy fija de funcionario-para-toda-la-vida, es más triste que Falete en Naturhouse (comparación escuchada a Patricia Conde). Vaya, que hacen todo menos hacerte pensar que puedes tirar pa'lante, por muchos apoyos paternos y opciones de ascenso que les expongas.
La cosa está por ver aún. Espero a mañana y a lo queda por venir del mes para poder saber si al final doy el salto y me hago hipotecado, renuncio al gimnasio y a algunas de las salidas que hago al cabo del mes o sigo siendo un alquilado más y me pido la ayuda del gobierno, hasta noviembre (que cumplo los 30).

Sobre mis sentimientos resulta más complicado hablar y más si tenemos en cuenta que a veces te encuentras con personas que parecen darte a entender que tu vida no avanza o no va por el camino que debería.
Sinceramente me resulta extraño comprobar que ya van varias uvas que me como sin tener pareja, lo cual resume bastante bien mi vida sentimental en estos últimos años. A esto se une que he tenido en los últimos años solamente amagos de relaciones y prácticamente nigún rollete de una noche, lo cual me hace plantearme muchas cosas sobre mi persona; en un momento en el que me interesa más la bajada de euribor y si realmente acabará desinflándose la burbuja inmobiliaria. Además de los hechos, si te encuentras con una persona que te mira con cara rara por contarle cosas sobre tus fantasmas, de los que no te preocupas, pero de los que hablas por formar parte de tu vida...
Mi vida personal está tendiendo a la realización de logros personales y al disfrute compartido con mis amigos, a la espera de la persona que me haga volcarme en ella, que llegará cuando sea el momento. Que, reinterpretando a Freud a mi manera, sublimaré el sexo durante el tiempo necesario para cumplir mis objetivos.

Fotografía realizada en el Pergamon Museum.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Hacer dinero (es tu tarea)


La canción de Amparanoia tiene razón. A partir de cierta edad es lo que tenemos que hacer. Nos planteamos buscar un trabajo, no sólo para sentirnos realizados como personas, sino porque necesitamos unos ingresos para poder tener una casa, comer, salir, comprar ropa, libros, etc.
Ya desde pequeños nos preguntan qué vamos a hacer, no sólo porque eso ya nos identifique como personas, sino porque debemos trabajar para ganar dinero.


Se dice que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. Por eso se puede decir que hasta ahora el dinero no me ha quitado la felicidad, porque con mis ingresos tenía cubierto no sólo mis necesidades, sino los pequeños caprichos que me pudieran ir surgiendo.
Pero ahora eso ha cambiado.
Tengo que cambiar de piso para el verano. Hasta ahora he compartido piso y siempre he tenido la suerte de hacerlo con algún amigo. Ahora, a punto de cumplir los treinta, me encuentro en la tesitura de tener que elegir entre buscar piso acompañado con un extraño o buscar algo por mi cuenta. Si acepto lo primero, me encontraría con la posibilidad de estar incómodo en mi casa. Por lo que he decidido lo segundo. Y entro en el juego peligroso de necesitar más dinero.
Apoyado (o instado) por mis padres, empiezo la vorágine de buscar piso para comprar. Y las cosas entonces se hacen cuesta arriba. Tengo el apoyo económico de ellos para lo que vaya necesitando. Tendré, por supuesto, que recortar gastos y buscar, seguramente, otra fuente de ingresos como un alquiler o, incluso, un segundo trabajo.

Entrar en esa dinámica supone un cambio que me produce pavor a ratos, pánico en otros momentos e indiferencia cuando pienso que dios aprieta, pero no ahoga.
Hago cuentas y más cuentas, me siento como el señor Scrooge de "Cuento de Navidad", intentando contar los futuros ingresos, a repartir entre la futura hipoteca, la comida y el resto de mi vida. Pienso en mis clases de inglés, en la posibilidad de poder seguir pagando un gimnasio, en estudiar la promoción interna o cualquier oposición que me hiciera ganar más dinero; para todo ello intentar compaginarlo con la opción de volver a trabajar en una academia o dando clases por mi cuenta.
A veces hasta bromeo con la idea de buscar pareja, no ya por todas las cosas bellas que tiene el amor, sino por tener alguien que me ayude con la hipoteca.

También están los consejos de la gente, que muchos a mi alrededor ven lo más normal comprar un piso y tener que sacar dinero como sea. Así son las cosas, un mileurista es lo más normal del mundo en nuestros días, y una hipoteca que sea más de la mitad de la nómina a pagar en 35 años, ahora no sólo no sorprende, sino incluso pensar que algo no anda bien es un pensamiento estúpido.
Hay quien me aconseja comprar piso para alquilar habitación o trabajar por las tardes, para estar durante varios años teniendo un piso que sólo pueda disfrutar para dormir.
Todo se vuelve confuso cuando pienso en las posibilidades que tengo en un futuro no tan lejano. Si acabo entrando en el mundo del adulto plenamente integrado, con hipoteca, quiero decir; espero que las cosas vayan hacia algún lado.

Foto sacada de:
http://www.masternewmedia.org/es/2007/02/11/monetizar_el_contenido_online_como.htm

jueves, 22 de noviembre de 2007

Volver

Hoy tengo ganas de hablar de una palabra. A mí me ocurre que tengo palabras que son más que una mera sucesión de sonidos y un concepto abstracto. Las he oído o visto y ese contexto ya se les ha quedado grabado. Puedo oirlas o verlas en otros lugares, pero muchas veces se me transforman, a veces, en significados ya conocidos, aunque éstos sean duales o antagónicos.

Y una de esas palabras es 'Volver'.



Fue hace muchos años, cuando mi vida dio y buscó un cambio. Y empecé a leer poesía. Entonces llegó Cernuda. Recuerdo haber comprado un libro en Valencia y también recuerdo que mi madre me regaló "La Realidad y el Deseo" por un santo. Devoré ese libro, buscando y buscando poemas con los que sentirme identificado en un momento en el que mi vida se estaba empezando a definir, al estar dejando la adolescencia (lo que muchos adolescentes hacen entre los 14 y los 20, yo lo empecé a hacer con los 18... tengo mi ritmo). Recuerdo muchos poemas que me iluminaron (quizás suene fuerte, pero es la palabra que mejor lo define). En particular uno fue el culpable de que 'volver' dejara de ser un mero verbo.

Peregrino
¿Volver? Vuelva el que tenga,
Tras largos años, tras un largo viaje,
Cansancio del camino y la codicia
De su tierra, su casa, sus amigos,
Del amor que al regreso fiel le espere.

Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,
Sino seguir libre adelante,
Disponible por siempre, mozo o viejo,
Sin hijo que te busque, como a Ulises,
Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope

Sigue, sigue adelante y no regreses,
Fiel hasta el fin del camino y tu vida,
No eches de menos un destino más fácil,
Tus pies sobre la tierra antes no hollada,
Tus ojos frente a lo antes nunca visto.


A pesar de ser tremendo, en aquella época sabía hacia dónde no debía volver, que tenía que dejar cosas atrás y que no debería anhelar "un destino más fácil". Entonces el volver interrogante del principio resulta irónico, pues perfectamente todo el poema te afirma en un categórico NO.

Una vez cogida la palabra, era cuestión de tiempo que llegara otro contexto donde resultara significativa. Y entonces escuché el disco-canción Pedrá, de Extremoduro. Se trata de un disco con una única canción de 30 minutos, que yo escuchaba en mi primer piso de Sevilla, en una cinta de casete (la rae la escribe así). Escribo el fragmento:

Por volver como eres,
por volver como somos,
por la inmensa sonrisa de tus cansados ojos,
por volver donde alguien te quiere sin que vuelvas,
por poner a los mios con un poco más de luz.

(un buen rato con música, pues, aunque seguido, cambia el ritmo y el significado)

Cuando su mirada se ha cruzado con la mía.
saltó sólo una chispa y prendieron tantos fuegos,
que se fué la luz del día,
arrasamos los bosques,
también ví como ardían
los nidos en los postes.

Me voy a recortar en punta las orejas
y me voy a echar al monte a aullar entre la maleza,
volver no dudaría, ahora soy yonqui a mi manera,
ya no quiero tu amnistía, puedo morir donde quiera.


Aunque para mí estos dos volver en la canción sean antagónicos, por desgracia nada expresa mejor el significado real de la palabra volver. A veces he sentido la parte romántica, a veces la más dura y, quizás la mayoría, ambas, dando vueltas en mí cabeza.

Después ha llegado Chavela Vargas (Volver, volver, volver, a tus brazos otra vez...) y otras muchas canciones, frases de películas, de libros... que no quiero enumerar, pero de todos modos yo me quedo con estas dos.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

La sombra del friki es alargada



Si hay algo que todavía no termino de entender, por lo sutil del término, es las personas que se pueden considerar frikis por que tengan un determinado hobby.
Por ejemplo, yo llevo varios años escribiendo. Empecé mandando cartas y escribiendo diario, a veces he escrito en cuadernos cuando me ha apetecido, y ahora me dedico a escribir en este blog todo lo que me pasa por la cabeza. Debo pensar que soy friki por escribir en un blog, por escribir en general o, al ser un hobby que no me ocupa nada más que una parte de mi tiempo, que soy una "persona normal".
Hace unas semanas estuve en el Festival de Cine Europeo, donde llegué a ver 25 películas en versión original, y quien vea mi carpeta de películas, puede apreciar que tengo más de 300, clasificadas algunas por directores o temática. ¿En esto se puede decir que soy friki? ¿Acaso más aún que personas que se dedican a ir a ver cine "más comercial" o simplemente personas que se dedican a comprar libros?
Quizás también se pueda pensar lo mismo del deporte. Porque una persona que se sabe todos los resultados futbolísticos del domingo, calcula cuántas victorias necesita un determinado equipo para ganar la liga o no pasar a segunda o, simplemente, se dedica a picarse con el compañero de trabajo sobre si su equipo es mejor que el del otro, si merecía ganar o no. ¿Por qué resulta menos friki una persona así que uno que practica un deporte menos común o simplemente va al gimnasio para hacer máquinas o natación? Creo que es aquí, donde existen aficionados pasivos y activos, donde se ha hecho incluso un ranking de los distintos deportes, en función de el número de seguidores que tiene como forma de una mayor aceptación social.
Porque el principal problema que puede tener una persona para saber su grado de frikismo es el grado de aceptación que sus aficiones tienen en la sociedad. ¿Acaso no se mide en la norma general el grado de frikismo de la minoría?

Ante este conjunto de preguntas sin respuestas me reivindico en hacer lo que me dé la gana, que es lo que cualquier persona debe hacer.

Para más información sobre frikis:

http://es.wikipedia.org/wiki/Friki

y sobre el poster, está sacado de:

http://www.alvarezperea.com/diaorgullofriki/index.htm

martes, 20 de noviembre de 2007

Reflexiones en el día de mi cumpleaños

(que no es lo mismo que Reflexiones tirá en la pista de baile).

Realmente los alrededores del cumpleaños, junto con el periodo fin de año, suelen ser los momentos más propicios para realizar comparaciones sobre tu vida, hacer propósitos que luego no se van a cumplir y caer en un estado de depresión o alegría, en función de cómo hagas tus reflexiones.
Para empezar, éste es mi primer cumpleaños como funcionario, en un puesto de trabajo que me gusta bastante y que me permite, además de ayudar a personas desempleadas, poder, por ejemplo, estar escribiendo estas líneas.
Ya el año pasado estaba contento porque sabía que para estas fechas ya estaría con un trabajito fijo, el que me había currado tras varios años estudiando (a ratos), compaginándolo con un trabajo intermitente; que me obligaba a cambiar mi domicilio entre Sevilla y Córdoba (gracias a mi padre, que tiene paciencia y me ayuda en todas las mudanzas).
Por lo menos ya sé que en los dos próximos años viviré en Sevilla, ahora mismo con Antonio, en su casa, y en un futuro no sé si seguiré aquí.
Por que ya hasta el gobierno, de una forma indirecta, va diciendo que las ayudas de alquiler son para menores de 30 años. Que si llegas a los 30 sin casa propia eres un pardillo que no merece ayuda ni ná.

Me estoy volviendo más exigente respecto a las personas que conozco, pues me gusta rodearme de la gente que realmente me merece la pena, que me puede aportar algo. Muchas veces me río de esta cualidad o defecto que estoy cultivando, pues en el fondo tiene algo de delirios de grandeza propios de un funcionario con plaza recién adquirida. Y es que quiero tener pareja de nuevo, pero no tengo ganas de volver a caer en los mismos errores del pasado; y eso que en aquellos tiempos se trataban de casos en los que la intuición me decía que podría funcionar y que merecía la pena luchar (la verdad es que esto último fue cierto, mereció la pena). Quizás lo que me falla es la intuición, que me hace caer en errores y no me deja conseguir aciertos.

Con los años, además de tener cada vez menos pelo, me estoy volviendo algo más dormilón, pero con más energías. Me gusta cada vez menos la inactividad, por lo que tengo que buscar actividades extralaborales que realizar por las tardes.

En muchos aspectos me siento extraño, un poquito perdido. Y es que parece que tengo que hacer algo en mi vida, pero todavía no sé el qué. Por ahora me dedico a disfrutar y esperar a ver si aparece una señal (del cielo) que me dé alguna pista.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Quién escribirá la historia de lo que puedo haber sido

Siempre que escucho esta canción me acuerdo de ti. Y es que la primera vez que la escuché ya te la ajusté como si fuera un guante.
Hoy vuelvo a evocarla tras volverte a ver y volver a encontrarme con tu frío y mi tibieza. Porque lo que siento no se puede llamar amor, sino más bien un cariño y un recuerdo. Un recuerdo de un tiempo en el que la felicidad era derramada en abundancia y todo tenía la belleza de lo efímero. Soy Adán añorando el paraíso.
Ahora vuelvo a verte y quiero volver a verte. Pero yo me quedo, como ya he dicho antes, en un gesto tibio que creo entiendes y tú, parece, no haces nada para animarme a que cambie la temperatura.

Todavía dudo si tus circunstancias fueron las verdaderas razones de que te fueras sin irte, que me descolocaras y tú acabaras yéndote mientras yo me quedaba. Sigo pensando en el momento que te fuiste, si fui yo quien acabó echándote; si cuando volviste a Sevilla no volviste realmente por que no me habías perdonado.
No sé si has pensado alguna vez en continuar por donde nos quedamos, a pesar de haber cambiado ambos y de que la visión que tenemos el uno del otro pueda estar distorsionada por tanto malentendido.
Ya sabes que las cosas que nunca se dicen suelen ser las más importantes y nosotros no hemos aclarado ni aclararemos nunca lo que realmente pudo pasar. Yo tengo una versión de las cosas que posiblemente pueda chocar con la tuya, pero seguramente no lo compruebe nunca.

Porque en el fondo de todo, si el amor, el deseo o la atracción fueran una persona viva lo que yo siento hacia ti se parecería a un muerto viviente, que lo despiertas de vez en cuando y se dedica a dar un paseo por mi cabeza antes de volver a su tumba. Y si tiene algo de sentido todo lo que estoy escribiendo es simplemente porque me jode mucho pensar que ese muerto posiblemente no pueda resucitar nunca aunque quisiéramos intentarlo, que el paraíso se quede en perdido, que nunca llegue a saber lo que pudo haber sido.

lunes, 29 de octubre de 2007

Teoría de grupos

Ayer estuve en la Alameda de cervezas, tapeo y posterior café con licorcito. Es el lugar dónde mejor me siento para pasar un día o una noche. Y es normal, estoy rodeado de gente que pertenece a mi "grupo".

¿Estamos realmente en un sociedad en la que nos dejamos agrupar? ¿Existen realmente las clases sociales en planos ya no sólo económicos, sino en sectores diferenciados por la forma de vestir, los gustos musicales o las preferencias en el ocio?

Si miro a mi alrededor cuando estoy sentado en un bar las mesas suelen estar ocupadas de un mismo grupo de personas, vestidas de un mismo estilo, con unas inquietudes parecidas, gustos similares. Eso es lo que podemos ver, lo que me trasmiten.

Cuando nos presentan a una persona o miramos simplemente a alguien empezamos irremediablemente a ver su ropa, su expresión corporal y todo lo que pueda trasmitirnos su cara. De todo esto empezamos primero a catalogarlo en un grupo, a ver por dónde le gusta "moverse", qué música le gusta escuchar y su forma de pensar grosso modo.

Pero, ¿seguimos esa pauta por comodidad, por selección o simplemente por costumbre?

Quizás la única respuesta que contradiga todo esto es buscar en nuestra mente esos amigos que claramente forman parte de otro grupo, que tiene unos gustos en muchos aspectos distintos a los nuestros, que no les gusta ir a los mismos bares que nosotros o que simplemente no podemos quedar con ellos para una gran cantidad de cosas que hacemos en nuestro tiempo libre.

Y precisamente a esto me refiero. Me pregunto si esos estereotipos que nos vamos creando son ciertos y si realmente son importantes tenerlos en cuenta a la hora de seleccionar con quien queremos pasar el tiempo o si deberíamos dar oportunidades a toda persona que tengamos delante, aun cuando todo su exterior te da a entender que no vas a tener nada en común.

Muchos de mis amigos, si sigo los estereotipos, estarían fuera de mi grupo. Con ellos comparto una serie de cosas y muchas otras las tengo que buscar al amparo del grupo. Y no ocurre nada.

Pero podemos rizar el rizo y complicar todo este baturrillo aún más: ¿Acaso no ocurre lo mismo, incluso más ampliado, cuando lo que buscamos es una pareja?

Nos fijamos primero en aquell@s que entran dentro de nuestro grupo, es lo que definimos como nuestro "tipo". Simplemente por una forma de vestir nos resulta más o menos apetecible una persona. ¿Es un gusto estético al que le adjuntamos una forma de ser y unas inquietudes? ¿O es peor aún y nos dejamos llevar solamente por las apariencias?

martes, 23 de octubre de 2007

Lost and Found

Quiero ser Santa
quiero ser beata

Lo que voy a exponer a continuación demuestra que puede llegar a compensarte ser buena persona, o al menos intentarlo.

La semana pasada llevaba varios días buscando una serie de cosas: unos pantalones, mis "pequeñas" gafas de sol graduadas y la luz de atrás de la bicicleta. Ya ayer terminé de encontrarlas.
Tras haber mirado por toda la casa, pensé que había dejado puesta la luz y me la habían quitado; pero la desaparición de las otras dos cosas era más extraño, pues las gafas sólo me las pongo para ir al trabajo y los pantalones... son difíciles de extraviar por la calle.

Pues ayer estaba en la biblioteca con mi Constitución Española y una chica le pidió a la amiga un pañuelo de papel. La amiga, que estaba con los tapones, no se enteraba de nada. Y yo, como buen samaritano, me puse a buscar en el bolsillo pequeño de mi bolso gris, donde no encontré clinex, pero sí la luz trasera de la bici.

Me sentí tan bien, más incluso cuando la muchacha de enfrente pudo limpiarse pues la amiga se quitó el tampón, escuchó el pedido y le dio un pañuelo.