jueves, 8 de noviembre de 2007

Quién escribirá la historia de lo que puedo haber sido

Siempre que escucho esta canción me acuerdo de ti. Y es que la primera vez que la escuché ya te la ajusté como si fuera un guante.
Hoy vuelvo a evocarla tras volverte a ver y volver a encontrarme con tu frío y mi tibieza. Porque lo que siento no se puede llamar amor, sino más bien un cariño y un recuerdo. Un recuerdo de un tiempo en el que la felicidad era derramada en abundancia y todo tenía la belleza de lo efímero. Soy Adán añorando el paraíso.
Ahora vuelvo a verte y quiero volver a verte. Pero yo me quedo, como ya he dicho antes, en un gesto tibio que creo entiendes y tú, parece, no haces nada para animarme a que cambie la temperatura.

Todavía dudo si tus circunstancias fueron las verdaderas razones de que te fueras sin irte, que me descolocaras y tú acabaras yéndote mientras yo me quedaba. Sigo pensando en el momento que te fuiste, si fui yo quien acabó echándote; si cuando volviste a Sevilla no volviste realmente por que no me habías perdonado.
No sé si has pensado alguna vez en continuar por donde nos quedamos, a pesar de haber cambiado ambos y de que la visión que tenemos el uno del otro pueda estar distorsionada por tanto malentendido.
Ya sabes que las cosas que nunca se dicen suelen ser las más importantes y nosotros no hemos aclarado ni aclararemos nunca lo que realmente pudo pasar. Yo tengo una versión de las cosas que posiblemente pueda chocar con la tuya, pero seguramente no lo compruebe nunca.

Porque en el fondo de todo, si el amor, el deseo o la atracción fueran una persona viva lo que yo siento hacia ti se parecería a un muerto viviente, que lo despiertas de vez en cuando y se dedica a dar un paseo por mi cabeza antes de volver a su tumba. Y si tiene algo de sentido todo lo que estoy escribiendo es simplemente porque me jode mucho pensar que ese muerto posiblemente no pueda resucitar nunca aunque quisiéramos intentarlo, que el paraíso se quede en perdido, que nunca llegue a saber lo que pudo haber sido.

5 comentarios:

Isabel Sira dijo...

Uff, niño. Sin palabras me has dejado. Quizás todos pensemos demasiado y sintamos demasiado. Quizás sí es cierto que somos dramáticos...

anthonytowers dijo...

Yo no me considero dramático, pero sí me gusta escuchar a sentimientos. Creo que es la mejor forma de conocernos, de tener un buen diágolo interno.
De todos modos, esto me viene ahora por lo que tú ya sabes. Y también sabes que no me inhabilita en mi vida ni para sentir con otra persona.

Isabel Sira dijo...

Eso es lo bueno, no perder la capacidad de sentir. Y los momentos, llamésmole 'extraños extravíos', se tienen y pasan y mientras no impidan el resto de la vida, como bien dices, pues a aprender de ellos y ya está.
Un beso

Anónimo dijo...

SIN DUDA TUS PALABRAS DEJAN MIS LABIOS SIN LAS MISMAS...
CÓMO ALGUIÉN PUEDE DESCRIBIR TAN BIEN MI SITUACIÓN Y PARECERSE TANTO A MI EN MIS SENTIMIENTOS Y ANHELOS...NADIE PUEDE PARECERSE MÁS QUE ALGUIÉN EN CUYOS OJOS TANTAS VECES ME HE MIRADO...NADIE COMO MI AMIGO DEL ALMA COMO DIRÍA ANA DE LAS TEJAS VERDES...TE QUIERO!!TU RUBIA

anthonytowers dijo...

Muchas gracias, Rubia, por dejarme un comentario... y sobre todo por ser tan, tan bonito. Nadie como tú para escribir esas frases. Espero que nos sigamos leyendo por muchos, muchos años.