Esta noche me he dado cuenta de algo que ya sabía desde hace mucho tiempo: me muero por poder hablar en francés.
La mayoría de la gente que me conoce posiblemente se pueda sorprender, después de toda la vara que estoy dando con el inglés: estudio en la escuela oficial de idiomas, intento preguntar cómo se pronuncia tal palabra, leo libros en inglés (mi viaje este verano a Londres ha acabado casi con un espolio a las librerías inglesas),...
Pero es que si escogemos, por ejemplo, la palabra del título, creo que habría muy poca gente que defendería que suena mejor en inglés... Bueno, algunos dirían que es menos cursi, pero en francés parece como si, en lugar de ir a hacer tus necesidades, quisieran hacerte las tuyas.
Bueno, todo esto viene porque hoy me he encontrado con el marido del amigo de mi novio (¡Uh!, vaya lío), el cual sabe poquísimo del español, algo del inglés y todo sobre el francés... Yo, como mal estudiante del inglés, intentaba mentalmente por todos los medios buscar palabras en francés con las que hablar con él... y he llegado a la palabra "toilet" en unas de mis incursiones al baño. Ha sido como agua de mayo, la verdad. Era defender una pronunciación frente al lenguaje universalmente útil y práctico, con el que puedes hablar en cualquier parte del mundo...
Los que bien me conocen saben que soy, ante todo, práctico y cabezón (para qué negarlo). Por eso, después de tantos años, tengo que terminar mis clases de inglés. Llegar a un título homologado oficialmente (no por el puto first, sino por un título oficial de la Unión Europea, aunque esté menos publicitada que el de la universidad inglesa... uno se cansa de explicar la diferencia entre la Europa institucional y la Gran Bretaña profunda), solamente para poder sentirme que sé inglés y poder mantener una conversación en ese idioma que se disculpa diciendo "estoy desolado" y no resulta tan sumamente "matemático"...
Arwen me entenderá (y Valle).
Nota: acabo de volver de marcha y no me voy a poner a corregir el texto, suficiente es que lo he escrito medio borracho a estas 9:27 de la mañana.
domingo, 30 de agosto de 2009
"Toilet" suena mejor en francés
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miércoles, 22 de abril de 2009
Mi cuerpo
Ayer me encontré en la piscina con un chico que conozco y al que veo muy de vez en cuando, y con quien estuve en la playa en agosto de 2007.
Me dijo que me veía más ancho (que no más cachas). En un principio lo atribuí a la natación, aunque él se sorprendió, porque solamente he ido 4 veces (ayer fue la quinta).
Me quedé pensando, pues en este año no he hecho mucho deporte, salvo lo antes mencionado y la bici. Pero, teóricamente, 4 sesiones de natación no hacen que ensanches el torso, aunque yo, al principio, quedé convencido, pues hago 40 largos.
De todos modos, sería recomendable repasar mi trayectoria deportiva, por que entre mudanzas, hipoteca y achaques varios, es bastante movidita. Por ese motivo, de un mes a otro las camisetas y los pantalones pasan de apretarme a quedarme holgados.
En 2004, a raíz de empezar a trabajar sentado en una oficina, me empezó a molestar la espalda, por lo que me apunté a un gimnasio, para hacer natación. Allí descubrí el pilates y el funky, e intenté hacer algo de musculación (sin tener mucha constancia, todo sea dicho).
El problema fue que en noviembre de ese año me rompí un brazo, por lo que estuve dos meses sin poder hacer nada.
En 2005 volví al mismo gimnasio, pero como estaba con las oposiciones liado, me dediqué principalmente a nadar y hacer musculación. El pilates sólo lo hacía algún que otro viernes.
En junio terminé contrato y me volví para córdoba, donde no hacía ningún tipo de deporte.
En octubre volví a sevilla, pero a otro barrio, por lo que me decidí a apuntarme a un gimnasio céntrico, donde hice musculación y pilates.
Ya en 2006, de vuelta a Córdoba, me dediqué a estudiar a saco las opos mientras cobraba el paro (prestación contributiva por desempleo para ser más exacto) y saqué un poquito de tiempo para nadar (aunque, sinceramente, no acabé el bono de 10 baños).
En mayo volví a Sevilla, con contrato de tarde, pero fue, si no recuerdo mal, por agosto cuando me apunté al gimnasio por la mañana. En este caso hacía pilates, batuka, natación y algo de tai-chi. Eso le seguí, de manera más o menos regular durante parte del 2007 (la foto, por ejemplo, es de mayo).
Pero en verano de 2007, el gimnasio tuvo problemas y los trabajadores se pusieron en huelga.
En ese momento ARWEN me comentó que me apuntara a su gimnasio, que es más bien carillo, pero tiene de tó'. Allí estuve unos cuentos meses, buscando las actividades que realizar: mucha musculación, natación y capoeira; aunque también hice algo de taekwondo(que tuve que dejar, por falta de tiempo).
Pero ya por diciembre me tenía planeado la compra de un piso y tuve que dejar esa cuota tan alta.
Entonces, en abril de 2008, en mi nueva casa, decidí hacer pilates, batuka y musculación (tengo pesas desde el tiempo de las pesetas, que no había utilizado realmente hasta ahora). Ya en agosto empecé a hacerlo de forma bastante regular, hasta que me di cuenta que algunas camisetas me quedaban pequeñas y reduje los ejercicios de musculación.
Este año 2009 lo empecé con una contractura, que me ha hecho dejar durante más de un mes la bici y la musculación.
Ahora, una vez recuperado y con la promoción interna a mes y medio, solamente me dedico a la bici y la natación, aunque en breve volveré a mis rutinas caseras, porque este verano defenderé, por encima de Siniestro Total y de quien haga falta, que más vale maricón de playa que punky.
Y, como estoy mi otro objetivo en pasar al Cuerpo de Administrativos, quiero hacer el nombramiento mejorando el Cuerpo.
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martes, 3 de marzo de 2009
Es mío
Como diría la criatura llamada Gollum: "Es mío, mi tesoro".
Y es que, ayer día 2 de marzo, hice dos años en mi puesto de trabajo, por lo que ya consolido el puesto y el nivel (un modesto 14), pero que YA es MÍÍÍÍÍÍÍÍÍO.
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Temas Cotidiano
miércoles, 25 de febrero de 2009
No me voy sin bailar
Este es el nombre de una canción de Ana Belén y lo que me suele pasar cuando salgo con ganas de marcha. Hay personas que, o bien no les gusta mucho bailar, prefieren dedicarse al vicheo o son más exigentes con la música. En mi caso se puede decir que es mi himno de guerra, salvo que el cansancio pueda conmigo o la música sea tan mala que no me sea posible mover el esqueleto.
Además, llevo más de un mes con una contractura en el hombro (de una mala postura, creo) que no termina de curarse y que me está haciendo tomar relajantes musculares. Esto me provoca una molestia constante en el cuello, que no me permite moverme con libertad ni coger mi bicicleta ni hacer ningún otro tipo de ejercicio, salvo bailar.
Por que, aunque no beba nada más que una copa en toda la noche (y con copa me refiero a consumición alcohólica, incluida la cerveza)
sigo con ganas de mover el esqueleto, aunque tenga que hacerlo con cuidado por la contractura.
Así que se me ve intentando mover lo menos posible de cintura para arriba, incluido el cuello (con lo que a mí me gusta). Creo que se ve raro, arrítmico incluso (más de lo que muchas veces soy), pero me da igual, porque lo que más me gusta es bailar.
Hace unos años, cuando me rompí el brazo izquierdo, se me veía con una escayola de la muñeca al hombro y aún así no paraba de bailar (me llegaron a llamar "bailarín paralímpico") y ahora, con mayor dificultad por tener que contenerme, vuelvo a las andadas pasando por encima de las limitaciones que mi cuerpo me impone. Porque no me voy sin bailar.
Nota: La canción está cantada por Ana Belén, creo que la letra es de Victor Manuel y la música es una versión de Cole Porter.
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martes, 20 de enero de 2009
Paranoias sentado en una parada de autobús
El hecho en cuestión ocurrió la mañana del domingo pasado, cuando me encontraba esperando a un autobús que iba a tardar unos veinte minutos. Había acabado la celebración de un cumpleaños, con la posterior parada para tomar un desayuno consistente en un té y media tostada catalana.
Cabe concretar que se trataban de las ocho de la mañana y ya estaba amaneciendo. Entonces, como quien no quiere la cosa, a mi cabeza vino la frase "La aurora llega...", que tuve que continuar "... y nadie la recibe en su boca/ porque aquí no hay mañana ni esperanza posible".
Y es que se trataba del poema "La aurora" de Federico García Lorca, para mí una de las mejores manifestaciones de deshumanización que el hombre haya podido expresar. Durante algún tiempo, éste fue el poema que tuve en mente cuando me movía por la ciudad de Sevilla (e incluso, a veces, me lo llevaba a Córdoba).
Intenté recordar más frases, aunque me quedaba algo así (omitiré los signos de puntuación):
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque aquí no hay mañana ni esperanza posible
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y perforan abandonados niños
Los primeros que salen comprenden en sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados
saben que van al cieno de número y leyes
de sudores sin fruto....
....
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre
Esta última frase la recuerdo, además, porque fue mi nick del messenger unos años después, también hace mucho tiempo. Más concretamente fue:
"Como recién salido de un naufragio de sangre".
Como no logra recordar más del poema, a pesar incluso de intentar cantarla en la versión de Morente, no dejaba de darle vueltas en mi cabeza, sin resultado satisfactorio, más bien como incremento de un sentimiento de tristeza (incrementado por el alcohol que recorría mis venas).
Menos mal que uno tiene otras cosas en la cabeza, aunque casi se pudiera decir en este caso que era salir de Guatemala para meterse en guatepeor, pues vino otro poema, esta vez de Neruda. Realmente se trata de un fragmento que Extremoduro cogió para la contraportada de un disco y que siempre acaba saliendo cuando llega el invierno, como si de un abrigo se tratara.
Mientras me debatía entre estos alegres poemas miré para arriba y me encontré con un piso en venta, cuyo balcón tenía colgados unos diez cds. Y es que tengo un problema con los pájaros, pues creo que están intentando hacer un nido en el viejo aire acondicionado que tengo en el salón. Precisamente ese mismo día había estado hablando con Pili sobre esta molestia, la cual me recomendó ella solucionar colgando cds. Y es que no me creo que esa solución, al igual que la de la bolsa de agua, sirva para alejar a pájaros e insectos. Pero resultó entretenido ver si algún pájaro se posaba en el balcón.
Y al final llegó el autobús, porque me aburría mirar el balcón, ver pasar a la gente que había madrugado y se me estaba congelando el culo.
La aurora
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
De: Poeta en Nueva York, publicado 1940
Fragmento de "A mis obligaciones" de Pablo Neruda
Cumpliendo con mi oficio
piedra con piedra, pluma a pluma,
pasa el invierno y deja
sitios abandonados,
habitaciones muertas:
yo trabajo y trabajo,
debo substituir
tantos olvidos,
llenar de pan las tinieblas,
fundar otra vez la esperanza.
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Temas Cotidiano, Cultured Area, Mi cabeza
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Enajenao (como Harry Potter buscando la cámara secreta)
Últimamente vuelvo a tener mis accesos de ira, que intento ocultar, aunque se me acaban notando en la cara. Y no es para menos.
El primero (y peor) me vino hace dos sábados. Acababa de terminar el festival de cine, con el consiguiente resentimiento físico y, por unas cosas y otras, al final acabé de marcha. Pero no estaba solo... (puntos suspensivos en toda su extensión) porque se nos acabó emperchando un conocido de unos del grupo. Y digo emperchando porque los que lo trajeron desaparecieron y tuvimos Pili y yo que aguantarlo. Yo, al poco tiempo de entrar en Ítaca, discoteca en la que me gusta bailar (últimamente no tanto), sólo le pedía a Pili que me dejara bailar, no quería pensar, no quería escuchar otra cosa que no fuera la música repetitiva y cambiante (House). Y en mi cabeza, como a Harry, se oía una voz sosurrante diciendo "matar" (realmente no la oía, simplemente me entraban ganas de extrangular, pero eran, sobre todo, instintivas). Creo que es la primera vez en mi vida que me entra tal grado de repulsión hacia una persona, y eso que precisamente el amigo que lo trajo tiene fama de presentar a los mayores espertentos de Sevilla.
Por que algo que no soporto últimamente es la estupidez humana unida a una falta de humildad total; pues somos seres conscientes y en esta consciencia debería estar incluida nuestras limitaciones y un poco de saber estar. Así que toparse con alguien que no sabe comportarse, incomoda y no se da cuenta de todo esto puede resultar muy perjudicial si estás cansado y sólo quieres tranquilidad con la gente que realmente te apetece estar.
A todo esto puedes unir el compartir vivencias con personas, que parecen no darse cuenta de las normas que se deberían cumplir, para una mejor convivencia. O las que piensan que un ofrecimiento tuyo en un momento determinado le dan la opción de pedirte lo anteriormetne ofrecido como algo natural.
Y, por supuesto, los (pocos, por suerte) casos de atención al público en los que te entran ganas de ponerte al nivel del usuario, para decirle cuatro verdades, de las que parecen no ser conscientes.
De todas formas, siempre podemos bailar al ritmo de Dover con esta maravillosa versión de la Terremoto.
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jueves, 20 de noviembre de 2008
Con un par de tomates
En el puente del Pilar me fui a Córdoba a ver a mis padres. Mi madre, como buena en esta relación conmigo, me dio varias macetas que le pedí (aunque sólo quería una); en concreto una que tenía una tomatera. En un principio pensando que en poco tiempo se acabaría secando, al estar la planta en una ventana.
Pues bien, al cabo de un mes de estancia en Sevilla, no sólo la maceta sigue ahí, sino que ha sacado dos tomates. Y, encima, a pesar de que una de las "crías" está en una rama que rompí al bajar la persiana (estaba mosqueado por que llevo 3 meses esperando a que una compañía de teléfonos me haga la portabilidad, y no digo nombres porque no estoy yo para calumniar).
La verdad es que estoy muy ilusionado, y puede verse como un ejemplo de que la vida lucha por salir adelante, aunque en mi piso parece tenerlo fácil.
Por otro lado, me da penita pensar qué hacer cuando madure (si lo deja el frío): pues, en caso de comérmelo, me va a dar lástima, aunque también orgullo.
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lunes, 3 de noviembre de 2008
Así me rapo, así me siento
Copiando a Arwen, pero más radical, ahí pongo una foto de mi nuevo look. Y es que quería cortarme un "poquito", pero, en pleno síndrome peluquero (siempre cortan más de lo que deberían), acabé cambiando las cuchillas, hasta dejarme el pelo como lo tengo ahora.
Y, como conclusión, diré que adictivo cortar el pelo, por eso siempre se acaba cortando más de lo deseado; y, por lo mismo, estoy deseando que alguien me pida que corte el pelo (aunque si lee lo anterior no lo hará).
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domingo, 5 de octubre de 2008
Sensaciones (entrada after hours)
Si tengo que hablar de sensaciones en esta after hours, lo primero de lo que hablaré se puede resumir en una frase:
"Ese abismo que nos separa (como diría Amanda Gris)"
Realmente esa frase es de La flor de mi secreto, de Almodovar, pero resume perfectamente ese pequeño detalle que puede parecernos insalvable cuando se trata de una persona a la que queremos.
Resulta triste pensarlo, sobre todo cuando son las 9 menos cuarto de la mañana, estás cansado y la cama puede parecer más solitaria. A veces ves esos abismos que te separan de las personas que quieres, pequeños detalles que te recuerdan de pronto que tus amigos no son tus medias mitades, al menos exactamente.
A pesar de la tristeza, del cansancio y (ahora toca Nietzsche, que para algo he escuchado hoy dos veces una versión de la introducción del Así habló Zaratustra) ese enano que de susurra al oído que mientras más subas peor será la caída, se debe pensar que debemos ser ingenieros, construyendo puentes para salvar esos pequeños abismos que nos separan de los demás.
Mi segunda sensación ha sido de la vuelta a casa. Porque yo tengo (imagino que como todos) lugares a los que queremos volver, porque el estar ahí reconforta, como una mesa camilla al llegar a casa con los pies helados. Y eso también ha ocurrido hoy, en una discoteca, al moverme por una pista de baile que no pisaba en los meses que ha durado el verano en Sevilla. Aunque la música no haya sido la misma (al cambio de dj se lo debo) y el local haya estado demasiado lleno por momentos para poder tener un momento de paz, sabía que estaba de nuevo donde quería estar, aunque haya pasado más calor que en todo el verano en el que no quise entrar.
Otra sensación, anterior a las otras dos, ha sido volver a oír y ver cantar a mi amigo Ángel, el cual me ha avisado de su actuación en Santa Catalina. Ha sido, también, un volver a cosas ya vividas, compartidas en la ilusión que él siente y disfruta; de la misma forma, y espero me perdone la expresión, que un yonqui espera su dosis de metadona. Sé que él siente algo muy fuerte cuando se sube a un escenario y, lo mejor de todo, cada vez está consiguiendo transmitirlo más.
Y, por último, tanto cronológico como testimoniado, debo hablar de mi sentimiento de impotencia al no poder coger ninguna bicicleta de sevici, en los dos puntos de recogida de la Alameda, como en el situado en la esquina de calle Feria con Resolana (espero que eso no sirva para que algún cyber-sicópata decida imaginarse mi lugar de residencia).
PD: Existe otro sentimiento, éste de maldad, pues estoy tecleando (con el ruido que eso produce) a las nueve de la mañana. Espero que sea mi pequeña venganza a mis vecinos de arriba, que parece que taconean ellos y sus hijos; y a los de abajo, que puedo jurar por Snoopy, Mafalda y la existencia infinita de Inditex (aunque se extinga la especie humana), se dedican a hacer fiestas que empiezan por la noche y acaban a la tarde-noche del día siguiente (y si no se lo cree alguien, que baje Superman y lo demuestre).
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jueves, 8 de mayo de 2008
Vida en solitario
Ya llevo más de un mes viviendo solo (aún teniendo en cuenta la semana que mi padre y mi hermano vinieron a pintar) y la verdad es que me encuentro genial. Puedo levantarme, si quiero, desnudo y entrar al cuarto de baño sin cerrar la puerta. Cuando quiero hablar o estar con alguien, sólo tengo que llamar por teléfono; aunque todavía estoy esperando a que en mi nueva situación empiece a recibir más visitas; aunque es normal que tenga pocas, ya que últimamente mis amigos están ocupados con sus propias vidas, aunque sinceramente a mí me pasa lo mismo con la mía.
Lo que sí veo que necesito es internet y un fijo, otras dos vías de comunicación con todo lo que queda fuera de mi casa. Echo de menos tener el ordenador encendido todo el día, y poder consultar todo aquello se me pase por la cabeza. Y, aunque aún tengo películas por ver, no me hago a la idea de no tener acceso a nuevas.
Otra cosa es mi lucha interna por la limpieza y el orden. El principal problema es que no termino de ver la casa limpia, por mucho que todos los días dedique pequeños ratitos al orden. Pero lucho por no convertirme en el hombre-mopa, y dedicar mucho rato a quitar manchas y polvo de suelo y muebles.
Aparte de esto, soy feliz, si un día quiero perrear en el sofá, no tengo testigos; puedo poner música sin miedo a despertar a nadie o a molestarle si está viendo la televisión; si hay algo sucio en la casa lo he causado yo, no tengo que esperar a que esa persona piense en limpiar.
Y lo mejor de todo es que siento que en la casa sólo se hace lo que yo quiero: yo pongo y dispongo.
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lunes, 28 de abril de 2008
Mi propia burbuja inmobiliaria
Por fin parece que todo vuelve a su cauce. Mi rutina diaria, la que he elegido tener (salvo que la primitiva me la cambie, claro está), poco a poco va tomando forma de nuevo en mi vida. Atrás quedan las tramitaciones con la inmobiliaria, las charlas con el banco, la elección de fecha para el notario, las mudanzas, la limpieza del piso y la pintura. Ya sólo queda la elección de pequeños detalles, que se pueden insertar en la rutina y no me inhabilitan para realizar mi vida con normalidad.
Y puedo volver a escribir.
Para quien no haya pasado por todo esto, puede pensar que todo es fácil y cómodo, pero no es así. Hay que, tras elegir piso, acordar, acordar y acordar. El precio final, los muebles que se quedan, la fecha de firma y la fecha de entrega de llaves. Y lo más sencillo se vuelve muy complicado a veces. Por otro lado tienes que buscar hipoteca, o, mejor dicho, que ella te busque a ti; porque estamos en una etapa de incertidumbre económica y las hipotecas no se conceden con la misma facilidad de antes.
Y una vez que ya has firmado y tienes las llaves, te sientes como gollum con su ansiado anillo en las manos. Te vas a la que ya es tu casa, y te pones a limpiar, meter cosas, pintar, limpiar de nuevo, hacer más mudanza...
Pero la mayor parte de esto ya está solucionado, ante mí se abre ahora una nueva perspectiva: vivir solo y afrontar una hipoteca, que me va a mantener ligado, junto con la propia convivencia, a mi nuevo hogar.
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viernes, 29 de febrero de 2008
Esperando
A eso dedico lo que llevo de año.
Esperando a que me concedan la hipoteca, para poder ordenar el resto de mi vida ya en torno a mi casa nueva.
Esperando a conocer a alguien con quien sea viable volver a creer en la ilusión de caer en el amor, alguien en quien confiar, que no tenga miedos.
Esperando mi nueva vida, que seguramente será cómo la actual, en otro escenario situado a 800 metros, pero viviendo solo, aunque, espero, con amigos de okupas en casa.
Esperando a asentarme, para saber si el dinero que me quede me va a permitir apuntarme a un gimnasio, si voy a necesitar dar clases por las tardes para ir más desahogao' (léase como lo diría Carmina Ordoñez) y empezar a poner carteles por la barriada.
Esperando para ir al Ikea a comprar las cosillas que me hagan falta.
Esperando a que todo esto se solucione para sentarme a estudiar las oposiciones de promoción interna.
Esperando...
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lunes, 11 de febrero de 2008
Dos pequeños errores
Este fin de semana he descubierto que me había confundido en un "pequeño" detalle cinematográfico y, además, he cometido un error que ha repercutido en mi salud.
El primer error fue un despiste gordo de los míos. Resulta que en el último Festival de Cine Europeo de Sevilla del 2007 extrenaban, entre otras, la última película de Chabrol. Y yo con la perra de ir a verla, que había visto varias películas suyas en un ciclo de la Filmoteca de Andalucía (en Córdoba) en el año anterior. Vamos a ver la película y resulta que a mis dos amigas no les gusta nada.
A mí me choca que tenga poco que ver con las otras que películas que había visto en el ciclo, pero quizás había un cambio de estilo o es que, al tratarse de otro género, la dirección era distinta.
La verdad es que me gustó, de todas formas.
Hace un tiempo me recomendaron Sitcom, película francesa que vi, sabiendo que era la ópera prima de Ozon, director que me sonaba de algo y no sabía de qué.
Como me gustó mucho Sitcom y a mí me gusta tener varias películas de un mismo director, me da por mirar su filmografía y encuentro que el ciclo que habían realizado en la Filmoteca era de Ozon y no de Chabrol. Así que las películas que he visto y que tanto me han gustado eran de Ozon.
El segundo error es más escatológico. Ayer me dio por hacer habichuelas (chicharos), legumbre que no me gusta mucho y que no había cocinado antes. Resulta que las hago, me salen muy buenas y me las como. A la hora empiezo a tener unos gases horribles, en el sentido de un dolor increible de barriga que no me dejaba estar tranquilo. Al final decido hacerme un té (mi madre me lo aconsejó) y a la media hora de tomarlo vomito pero en plan niña del exorcista, con una potencia increible (si me hubiera dedicado a girar de pie hubiera pringado paredes y techo).
Había hecho dos 'tapers' que al final tuve que tirar por miedo a ponerme peor. Pues luego me vuelve a llamar mi madre y, contándole lo ocurrido, me explica algo muy simple: las habichuelas hay que dejarlas en remojo una noche e incluso hervirlas anteriormente y tirar el agua utilizada. Estoy seguro que no voy a olvidarlo.
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Temas Cotidiano, Cultured Area
miércoles, 6 de febrero de 2008
Saturday night
Hay noches que pueden resultar extrañamente divertidas y la del sábado pasado (02/02/08) fue una de ellas.
Yo realmente había salido a tomar un café (té realmente) a casa de Rad; pero al final, entre sacar a la perra, dejar a la perra y volver a salir para tomar una cerveza; resultaba más cómodo empalmar.
Así pues, cenamos fuera y esperé a llegara que Pili (para más información sobre ella, consultar:
http://anthonytowers.blogspot.com/2008/01/writing.html
Tras varias copas en varios sitios, Pili y yo nos fuimos a una discoteca, donde empezamos a bailar en una zona por la que parecía que todo el mundo quería estar y/o pasar.
Esa noche descubría, entre otras cosas, que conozco a mucha gente en Sevilla y que salirse de la norma puede suponer una malinterpretación de las personas que te rodean.
La primera cosa extraña que hicimos fue lo siguiente: al estar, como he dicho antes, en un lugar por el que pasaba mucha gente, en un momento determinado nos encontramos separados por dos filas de personas que iban y venían. Entonces Pili, con sus 1'74 cms de estatura sobre unos taconazos, no se le ocurre nada mejor salvo estirar el brazo totalmente hacia arriba y, doblando la muñeca hasta dejar la mano flácida, grita:
-¡Antonio, que te pierdo!
No miré a nuestro alrededor para ver quién se había dado cuenta o no, pero empecé a reírme mientras me acercaba a ella.
Por supuesto, si ya durante esa noche nos habíamos reído bastante, eso nos hizo descojonarnos.
La segunda cosa extraña tiene que ver con la pasta de mis gafas:
En un momento en el que Pili se acercó para contarme una cosilla, al gesticular metió un dedo entre mi cara y las gafas, y éstas salieron volando. Inmediatamente nos agachamos a buscar las gafas. Yo, a pesar del riesgo de: perderlas o encontrarlas rotas con la consiguiente posibilidad de morir atropellado a la vuelta a casa; me tomé la situación con bastante sentido del humor, pues recordé:
en la tienda donde compré las gafas (no voy a dar el nombre, por no hacer más 'publicidades' en mi blog) tenían una lente junto a un martillo, para que el cliente pudiera probar la dureza de tus futuras gafas. Lo que sí me recalcó la chica que me atendió fue aunque las lentes sí eran irrompibles, la montura no lo era (imagino que algunos clientes quisieron demostrar a sus amigos y familiares las maravillosas gafas que se habían comprado)
Mientras buscábamos las gafas pensaba que si me hubiera puesto lentillas todo esto no hubiera sido tan raro. Estabamos cogiendo todo lo largo y negro que había en el suelo, es decir, las pajitas negras que suelen tener en ese local.
- ¡Qué apuro, qué apuro! -no dejaba de repetir Pili.
(Dos sábados antes había sido "¡Qué vergüenza, qué vergüenza!", por otro motivo que no voy a contar).
Las gafas no aparecían. Ya íbamos a ampliar nuestro campo de búsqueda cuando un chico, que había visto cómo salían las gafas volando, me las entregó con una sonrisa. Sólo pude decirle que la próxima semana saldría con lentillas.
Por supuesto, lo que quedó de noche no dejamos de reírnos y de bailar, lo que conllevó que a Pili le dijeran 2 ó 3 personas que pasaron junto a ella que íbamos muy 'calentitos', refiriéndose a que estabamos drogados, vaya, por el simple hecho de que fuéramos los únicos que estaban realmente bailando en la pista de una discoteca de música house. Si era porque a nuestra forma de bailar unimos que no dejábamos de hablar y reíamos, lo que no entiendo es cómo no nos preguntaron por nuestro supuesto camello.
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martes, 29 de enero de 2008
My favorite day of the week (another homework)
My favorite day of the week is Saturday, because I don´t have to work.
I usually stay in bed until 10.00 or 11.00. Then I have breakfast and watch TV. After I do housework or go to the supermarket. I usually do the things that I can't do during the rest of the week.
I usually make a good lunch. After lunch I watch a film and talk to friend on the phone. I sometimes meet my friends.
In the evening I sometimes invite friends for dinner. After we go to pubs to drink and dance. I always see friends that I can't see another day.
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miércoles, 23 de enero de 2008
El viernes de Dolores
Aunque si les hacemos caso a los Martes y trece podríamos empezar diciendo "viennes de dolores", para acabar con la imagen de una persona que se acerca toa' doloría.
Bueno, intentando no hacer malos presagios, puedo decir que esa es la fecha tope para la entrega de llaves de mi primer pisito. Y sí puedo decir que es un presagio mariano, que ya añadimos a la dirección, la barriada y la zona. Si se dice que a todos los tontos se le aparece la virgen, creo que conmigo se va a quedar a vivir.
Por lo pronto sólo me queda ir al notario a firmar las escrituras, cosa que ocurrirá aproximadamente en un mes. Después empezaré a ver si hay que hacer pequeños cambios de enchufes y cosillas varias; antes de que mi hermano venga a pintar el piso, mientras mis padres y yo nos dedicaremos a hacer una limpieza profunda (familia unida).
En resumidas cuentas, para abril seguramente esté instalado y divinamente hipotecado. Prometo poner fotos del piso.
Nota: No explico mejor la dirección porque hay mucho psicópata suelto por la red, y uno está muy güeno.
Foto recogida de http://www.corto.tv/main.php?g2_itemId=3145
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viernes, 7 de diciembre de 2007
Hacer dinero (es tu tarea)
La canción de Amparanoia tiene razón. A partir de cierta edad es lo que tenemos que hacer. Nos planteamos buscar un trabajo, no sólo para sentirnos realizados como personas, sino porque necesitamos unos ingresos para poder tener una casa, comer, salir, comprar ropa, libros, etc.
Ya desde pequeños nos preguntan qué vamos a hacer, no sólo porque eso ya nos identifique como personas, sino porque debemos trabajar para ganar dinero.
Se dice que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. Por eso se puede decir que hasta ahora el dinero no me ha quitado la felicidad, porque con mis ingresos tenía cubierto no sólo mis necesidades, sino los pequeños caprichos que me pudieran ir surgiendo.
Pero ahora eso ha cambiado.
Tengo que cambiar de piso para el verano. Hasta ahora he compartido piso y siempre he tenido la suerte de hacerlo con algún amigo. Ahora, a punto de cumplir los treinta, me encuentro en la tesitura de tener que elegir entre buscar piso acompañado con un extraño o buscar algo por mi cuenta. Si acepto lo primero, me encontraría con la posibilidad de estar incómodo en mi casa. Por lo que he decidido lo segundo. Y entro en el juego peligroso de necesitar más dinero.
Apoyado (o instado) por mis padres, empiezo la vorágine de buscar piso para comprar. Y las cosas entonces se hacen cuesta arriba. Tengo el apoyo económico de ellos para lo que vaya necesitando. Tendré, por supuesto, que recortar gastos y buscar, seguramente, otra fuente de ingresos como un alquiler o, incluso, un segundo trabajo.
Entrar en esa dinámica supone un cambio que me produce pavor a ratos, pánico en otros momentos e indiferencia cuando pienso que dios aprieta, pero no ahoga.
Hago cuentas y más cuentas, me siento como el señor Scrooge de "Cuento de Navidad", intentando contar los futuros ingresos, a repartir entre la futura hipoteca, la comida y el resto de mi vida. Pienso en mis clases de inglés, en la posibilidad de poder seguir pagando un gimnasio, en estudiar la promoción interna o cualquier oposición que me hiciera ganar más dinero; para todo ello intentar compaginarlo con la opción de volver a trabajar en una academia o dando clases por mi cuenta.
A veces hasta bromeo con la idea de buscar pareja, no ya por todas las cosas bellas que tiene el amor, sino por tener alguien que me ayude con la hipoteca.
También están los consejos de la gente, que muchos a mi alrededor ven lo más normal comprar un piso y tener que sacar dinero como sea. Así son las cosas, un mileurista es lo más normal del mundo en nuestros días, y una hipoteca que sea más de la mitad de la nómina a pagar en 35 años, ahora no sólo no sorprende, sino incluso pensar que algo no anda bien es un pensamiento estúpido.
Hay quien me aconseja comprar piso para alquilar habitación o trabajar por las tardes, para estar durante varios años teniendo un piso que sólo pueda disfrutar para dormir.
Todo se vuelve confuso cuando pienso en las posibilidades que tengo en un futuro no tan lejano. Si acabo entrando en el mundo del adulto plenamente integrado, con hipoteca, quiero decir; espero que las cosas vayan hacia algún lado.
Foto sacada de:
http://www.masternewmedia.org/es/2007/02/11/monetizar_el_contenido_online_como.htm
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viernes, 30 de noviembre de 2007
Esta semana
Esta semana no he tenido tiempo para pararme a descansar. No he dejado de hacer cosas, todos los días de un lado para otro. Entre estudiar inglés e ir al gimnasio, no he tenido nada más que unas horas para mí.
He empezado a pensar en el cambio de piso que realizaré en breve, pues seguramente empezarán las obras en el próximo verano. Así que tengo que empezar a buscar dónde voy a vivir.
Sinceramente tengo ganas de encontrar mi sitio, donde realmente sienta que es mi lugar.
Todavía no sé si acabaré compartiendo piso, alquilando solo o, incluso, comprar una vivienda con una buena subvención de mis padres.
Pues ha sido una semana agotadora, durmiendo todos los días después de las 12. Ahora, al salir del trabajo, me tomaré unas tapitas con mis compis de currelo y luego me iré a casa a descansar; que tengo que ordenar la habitación, para un mejor descanso (hoy he leído algo sobre Feng Shui).
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Temas Cotidiano
miércoles, 21 de noviembre de 2007
La sombra del friki es alargada
Si hay algo que todavía no termino de entender, por lo sutil del término, es las personas que se pueden considerar frikis por que tengan un determinado hobby.
Por ejemplo, yo llevo varios años escribiendo. Empecé mandando cartas y escribiendo diario, a veces he escrito en cuadernos cuando me ha apetecido, y ahora me dedico a escribir en este blog todo lo que me pasa por la cabeza. Debo pensar que soy friki por escribir en un blog, por escribir en general o, al ser un hobby que no me ocupa nada más que una parte de mi tiempo, que soy una "persona normal".
Hace unas semanas estuve en el Festival de Cine Europeo, donde llegué a ver 25 películas en versión original, y quien vea mi carpeta de películas, puede apreciar que tengo más de 300, clasificadas algunas por directores o temática. ¿En esto se puede decir que soy friki? ¿Acaso más aún que personas que se dedican a ir a ver cine "más comercial" o simplemente personas que se dedican a comprar libros?
Quizás también se pueda pensar lo mismo del deporte. Porque una persona que se sabe todos los resultados futbolísticos del domingo, calcula cuántas victorias necesita un determinado equipo para ganar la liga o no pasar a segunda o, simplemente, se dedica a picarse con el compañero de trabajo sobre si su equipo es mejor que el del otro, si merecía ganar o no. ¿Por qué resulta menos friki una persona así que uno que practica un deporte menos común o simplemente va al gimnasio para hacer máquinas o natación? Creo que es aquí, donde existen aficionados pasivos y activos, donde se ha hecho incluso un ranking de los distintos deportes, en función de el número de seguidores que tiene como forma de una mayor aceptación social.
Porque el principal problema que puede tener una persona para saber su grado de frikismo es el grado de aceptación que sus aficiones tienen en la sociedad. ¿Acaso no se mide en la norma general el grado de frikismo de la minoría?
Ante este conjunto de preguntas sin respuestas me reivindico en hacer lo que me dé la gana, que es lo que cualquier persona debe hacer.
Para más información sobre frikis:
http://es.wikipedia.org/wiki/Friki
y sobre el poster, está sacado de:
http://www.alvarezperea.com/diaorgullofriki/index.htm
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martes, 20 de noviembre de 2007
Yo sigo igual, sigo tal cual, quizás desmejorado.
Pues hoy es mi cumpleaños, que ha empezado, tras mi rápido desayuno en casa, con la espera del autobús bajo la lluvia. Y es que con una garganta inflamada no es muy buena idea coger la bicicleta y llegar al trabajo sudado. Y encima, con la lluvia tan fuerte, suena aún peor.
A pesar de poder escuchar música, el calor que puede hacer en un bus lleno de gente y el agobio que pasas intentando no pegarle un codazo en la cabeza al de al lado, hace que no sea muy agradable el viaje.
Además, si la espera ha supuesto mojarme un poquito, la salida del bus ha supuesto que el pantalón esté totalmente mojado, no hasta las rodillas, sino hasta la cintura. Menos mal que un compañero de trabajo, que vive cerca, me ha traido un pantalón seco.
La parte positiva es que esta mañana me he levantado con dos sms's de mis abogadas favoritas, he recibido varios mensajes y e-mails, e incluso a estas horas ya me han llamado.
Y a las 5 haré cafelito en casa, para quien quiera compartir esta tarde de lluvia.
Nota: La foto del cigarro está robada del blog de Ángela y es del día 31 de octubre. La otra la he añadido el 21, pues la foto es de la noche del cumpleaños.
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Temas Cotidiano, Cumpleaños, Fotos