Cuando tienes una ventana o una puerta abierta, entra el fresco. Puede que eso quizás no haga que te acaben robando nada, aunque muchas veces te encuentras que ha desaparecido una parte de ti. Ves que por tu propia culpa se han llevado trocitos de tu persona que no vas a recuperar y acabas notando que tienes corrientes internas que te van desestabilizando de una forma sutil.
Te das cuenta que el tiempo ha sido perdido, sin posibilidad de volver a recuperarlo. Has estado con el cuerpo cortado, con tiritera. Tu estima se resiente al descubrir que has actuado de forma inconsciente.
E intentas de alguna forma recuperarte, volver a ser tú de nuevo, tomando nota de lo ocurrido para que no vuelva a ocurrirte. Así que te pones manos a la obra, te esfuerzas por cerrar la ventana y dejar que la calefacción vuelva a reconfortarte.
viernes, 7 de diciembre de 2007
... y la moraleja
Publicado por anthonytowers en 12:08
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2 comentarios:
Tú es que estás en mi cabeza, ¿no? Aunque, sin embargo, prefiero haber sentido ese frío, aunque intentaré aprender para que no se repita...
Lo que pasa por tu cabeza lleva siglos pasando por nuestras cabezas.
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