sábado, 23 de junio de 2007

Viajes 2005

Pues si el 2004 fue movido, el 2005 no se queda corto. El año anterior, como Tobías, ya había hecho muchos viajes acompañados, pero ya me fui aconstumbrando a eso de viajar desangelado (en el sentido etimológico de la palabra, claro está); aunque también es verdad que fueron mejores viajes.


El primer viaje que hice fue a Madrid a visitar a la Evita, huyendo de la semana santa andaluza. Valle, como buena madre, me llevó a la estación de autobuses; y yo, como mal agradecido, le hice esta foto que no le hace honor. ´






Nos escapamos Marta, Carlos y yo a los madriles; en plan pasear por todos lados, en especial por los bares de tapas, lugares obligados si viajas con Marta.


Donde yo tenía que ir era a Fuencarral, promesa que me hice en aquellos tiempos que fuí estudiante, pero esta vez tenía dinero.


Si en semana santa me fui a Madrid, en feria de abril tiré para Matalascañas, las fotos mejor no las pongo.


Si hay un viaje que siempre me gusta hacer, es a Rota en Agosto.
He estado ya 2 años seguidos, aunque en este 2007 seguramente no vaya, al menos todo el fin de semana en casa de Julia, paseando con María José y David, mis tres roteños. La vida da muchas vueltas y espero que el próximo año podamos hacernos fotos, al estilo de un disco de Amaral o bañándonos en la piscina de Julia (para los de interior, sabed que en las ciudades costeras la gente también se construye piscinas).














Y si descontamos los 3 meses que viví en la Alameda, que para mí fueron como unas vacaciones, el último viaje fue a la Gran Bretaña, en particular estuve parando en Cambridge, visitando a un amigo que estaba allí de Erasmus. Muchas cosas nuevas para mí: comprar un billete por internet, viajar solo en avión, salir a un país extranjero (menos mal que mi inglés es bueno, jajajaja)... Me sentía como Paco Martinez Soria, y para demostrarlo me llevé una botella de vino y medio kilo de jamón serrano. Y encima en uno de esos días preparo un amago de paella. La verdad que estuvo muy bien comprobar que allí el sol no calienta, que el inglés no lo domino (y me costará sudores hasta intentarlo) y que cuando quiero puedo ser más frío que el sol inglés... Y el día que estuve en Londres me enamoré de esa ciudad.
Como buena madre, Valle volvió a llevarme, esta vez al aeropuerto y estuvo conmigo hasta que embarqué... Y después vino a recogerme.





1 comentario:

Isabel Sira dijo...

Definitivamente, tenías que haber creado un blog mucho antes. ¡Me encanta! Y me dan ganas de viajar contigo y tus amigos, que se ve que os lo pasáis de piii madre.
P.D. No creas que por decirte eso soy una sicópata que va a buscarte a tu casa....